El costo de arreglar un bug tiende a aumentar de manera exponencial como se puede apreciar en la figura. Dicho esto, si encontramos un bug en la etapa de diseño el costo de arreglarlo será bajo. ¿Pero que pasa si ese problema aparece en la etapa de testeo? dependiendo del proceso de desarrollo que se está utilizando esto puede variar. Trabajando con scrum, la tarea con problemas puede ser devuelta fácilmente a desarrollo, pero ésta de todas formas consume tiempo, pero no es lo mismo en el caso de un proceso de desarrollo más lento en donde los cambios se pasan a un servidor de prueba una vez al día.
Otro caso para analizar es cuando el cliente se encuentra cara a cara con un bug, como muestra la figura, el costo es 100 veces mayor a que si este hubiese sido encontrado en diseño. ¿Por qué será tan caro? La respuesta es simple, un bug encontrado por el cliente debe ser arreglado de manera inmediata en la mayoría de los casos, por lo tanto, la característica recién lanzada será retornada al proceso de desarrollo, en consecuencia a esto, la carga de trabajo aumentará considerablemente para el equipo. Además en algunos casos será necesario enviar el arreglo a producción antes de la fecha en que regularmente se hace, lo cual agrava más este escenario, ya que se debe aplicar todo el esfuerzo de un lanzamiento en una fecha no prevista.
Como pudimos apreciar, encontrar errores en etapas avanzadas del proyecto pueden ser perjudiciales para el equipo en términos de tiempo, esfuerzo e incluso dinero. Para evitar estos problemas es necesario utilizar estrategias preventivas como tests de regresión o unit testing en el lado de los desarrolladores. En síntesis, es esencial esforzarse desde el comienzo del proyecto en la búsqueda o prevención de bugs, para así poder capturar la mayor cantidad de errores en las etapas de diseño y desarrollo.
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